—Claro, te entiendo, pero todos lo dicen...
Y Hugo Fattoruso, aquel gurisito que junto a su padre y su hermano inició una carrera que no conocerla fronteras, ni otros límites que sus propias decisiones, remarcó: "Discrepo bastante con ese titulo, pero que la música me gusta y es mi vida, eso sí".
Alguna vez, esos que siempre comparan quisieron cotejarte con Mateo y una voz sabia, de esas que siempre aparecen en las brumas de los boliches, aseveró "si fuera una carrera, a pesar de ser tan distintos, serla cabeza a cabeza, con resultado de empate...".
—Oír eso es un galardón -dice Hugo- porque fui admirador de Mateo, pero seré justo... lo de él eran sus creaciones y yo me muevo con elementos ya conocidos. De repente algún chispacito tuve en la vida, pero lo de Mateo era fuego nuevo, por decirlo así...
Hugo, nacido en Pay-sandú y Ejido, fue a vivir junto al "Buen Pastor", en Defensa y La Paz, después los Fattoruso se afincaron en la Comercial toda una vida, "aunque yo viví mucho tiempo fuera del país".
"Gardel me arruga"
—Fueron cinco años en Buenos Aires, al final de los '60, fueron once años en los Estados Unidos y ocho en el Brasil...
—De esa simbiosis, en la emulsión de tierras extrañas,¿cuál es la influencia ejercida en ti?
—Soy un poco de todos lados. De Argentina quizás, porque me gusta mucho el tango como lo tocan ellos. Yo soy gardeliano a muerte, soy de Canaro, del quinteto Pirincho, de las cosas viejas...
Los cantores predilectos de este vanguardista, músico aleatorio, autor de sonidos espaciales, son increíblemente "Famá, Magaldi me gusta en pila como orquesta este fenómeno de los lentes gruesos... Osvaldo Pugliese. Pero soy gar-deliano, Gardel me arruga. Y la música brasileña me influyó. Mi padre tenía una tiendita donde vendía discos y siempre venía música de allá. Y te hablo claro; cuando yo era chico estaba bueno porque no había televisión y la gente se juntaba más en las casas, había más amistad, se escuchaba música aquí, se tocaba música allá. También tuve influencia del jazz, porque me junté con los muchachos del primer Hot Club, en la calle Guayabo y Jackson, y si bien es muy vasta ¡apalabra jazz, aprendí el lenguaje de la misma y aprendí a tocarlo también,creo que había buen jazz".
Cuando había buen jazz
—Ese "había buen jazz" ¿quiere decir que se murió el jazz?
—Es que se depuró tanto en el mundo entero que hay que volver a las raíces; se fue a los bluseros y aparecieron especialistas que llevaron a sus últimas posibilidades al jazz. Y a partir de los años 70 se fusionó demasiado y cambió mucho... mirá, no sé.
Y vaya si sabe El Hugo.
—Y hoy, el rock, ¿ es para los jóvenes lo que fue el tango ?
—Claro, el rock es el tango-tango. Es la música de la fuerza, de la juventud, es la música que grita, que patalea; hoy día hay unos músicos increíbles tocando rock. Tengo la suerte de tener una pila de hijos chicos y escucho un montón de grupos, y de allí mi contacto. Y me ha gustado compartir el tocadiscos con ellos. Tocan, hacen un ruido bárbaro, gritan y termino escuchando, y hay unos músicos increíbles, depurados.
—¿ Y de los norteamericanos qué has sacado?
—Es un caleidoscopio insólito. Ahí hay de todo. No sabría qué-decirte. Hay un espíritu, un genio creativo, de búsqueda, que existe allí. Viví en Nueva York mucho tiempo y podés escuchar desde música griega, keniana,de Zimbaowe, árabe, israelí, hay de todo hasta que te aburras.
El "blue" de los 50 años
—Uno puede errarle al analizar al intérprete, pero parece
muy sentido el blue para ti...
—Tengo mis blues adentro también. Son como un estado general de la persona.
—Pero sería bueno entender cómo te enganchás con todos los proyectos nuevos, como La Fragua, como cuando lo hiciste con Níquel...
—Es que me encantan. Es una cosa como de amistad también. Cuando toco con ellos,está el desa-fío de que a mí mismo, y a ellos, debo rendirles. Rendir cuentas para que no sea simplemente un convite, mostrar que no soy un nombre, que rindo. Mirá que también toco con Lar-banois-Carrero...
—Pero se me vuelve insólito que pienses que tenés que probar algo a esta altura de tu carrera. Me confesás que das examen todos los días...
—Sí, sí, sí... doy examen.
—Ese pantalón de moda sicodélica, tu corte de pelo a lo chiquilín...
—Es que tengo 50 años apenas. —¿ Y será que te dejan salir solo de noche? ' —A veces, no te olvides que de tres matrimonios tengo cuatro hijos. De 26,21,13 y la nena de 9.
—Bien dijiste que habían tiempos en los que no veías televisión...
—Se nota, ¿verdad? Y todos músicos...
"Vamos arriba el Mate Amargo"
—Mis hijos tienen mucha facilidad hacia la música, mucho amor por ella. Siendo que por ejemplo el mayor, que vive en los Estados Unidos, trabaja de escritor técnico de una compañía canadiense de tele-comunicaciones y maneja computadoras de última generación, pero también está picado por la música, no es un enfermo por la música, es loco por ella...
—Mirá, Hugo, hay "toneladas"más para hablar, hoy vinimos por tu actuación en esta romántica empresa que es La Fragua, pero gracias por existir y que nos brindes tus declaraciones de esta manera...
—¡Vamos arriba el Mate Amargo! ¡Vamos arriba esa muchachada que habla todo bien!
—Gracias, Hugo, pero te prometo que un día te haré la nota que te merecés y que debe ser del tamaño de la Guía Telefónica...
—Mirá, me agarraste de sorpresa,porque yo ya creía que no tenía más nada para hablar, creí que ya había dicho todo, lo que tengo son amigos y esas cosas, y gracias a ustedes, porque te lo digo y ponelo...soy hincha del Mate Amargo.
¿Qué más? Era como si entrara en mi viejo grabador una confesión imprevista de quien está considerado el mejor músico del Uruguay.¡Vamos, Fatto !!
(mate amargo1993)






TRAS LA SALIDA DE PAOLO MONTERO SE DESARMÓ EL AURINEGRO Y EL EQUIPO DE MATOSAS NO PERDONÓ ¡Está grande! En el partido en el que tenía que demostrar que la pelota no pesaba más que en otras tardes, Danubio ganó al fútbol, le pasó por arriba a Peñarol y se quedó con el título que le asegura un lugar en la definición del Uruguayo 2006-2007POR LUIS EDUARDO INZAURRALDE DE LA REDACCIÓN DE EL OBSERVADOR Danubio quedó otra vez cara a cara contra esos fantasmas que durante tantos años dejaron en evidencia la fragilidad anímica -porque talento tenían- de algunos futbolistas, que en las difíciles no supieron resolver los partidos decisivos a favor del franjeado. Un poco por la presión que metían los pesos pesados en la AUF y otro porque en cada definición la historia de los grandes era insostenible adentro de la cancha. Danubio salta a la cancha a jugar otra final con Peñarol, pero los fantasmas ya no meten miedo, apenas inquietan a algunos descreídos y le hacen cosquillas a los que la sufrieron desde adentro en las tardes más difíciles. Las tardes de esas derrotas, que lo revolcaron por las más crueles críticas y resaltaron la condición de cuadro chico, que fueron dejando un sedimento que formó una estructura sólida y que sirvió de pilar para la nueva fisonomía del equipo de Maroñas. Los fantasmas acechan. Paolo Montero mete miedo en la defensa, ya no por su fútbol ni sus tranques, sino por su estampa de crack. Salgueiro no se intimida, pero -como confesó previo al partido- lo admira.Apenas 13 minutos de fútbol, Salgueiro entregó mal la pelota y Acosta y Vigneri se hicieron un festín en los 70 metros que corrieron de área a área con la que rueda para que el delantero pusiera el 1-0. Los que se reían ya no se ríen. Están serios. Los fantasmas vuelven. ¿Podrá Danubio? Matosas mira al piso y busca alternativas. Está difícil, pero hay una alternativa por ese flanco derecho en el que Olveira hace agua y Jorge García y Salgueiro se divierten. El lateral de Peñarol quedó mal parado una vez y los danubianos se dieron cuenta que por ahí está el partido. Peñarol sufre lo peor. Paolo se resintió de la vieja molestia y se va caminando, herido, igual que su equipo. Luiz Nunes perdió a su referente, se quedó sin respaldo anímico y volvió a ser el zaguero endeble de la época de Diego Aguirre y Luis Garisto. Para Olveira es insostenible la presión y Maxi Arias, quien se desempeña de zaguero improvisado, no es solución. Es más, su sector es el blanco al que apunta Danubio.El calor es insoportable y los aurinegros comienzan a sentir el sofocón, casi peor que el que dejó la salida del capitán. Danubio se aprovecha, aleja los fantasmas y Nacho González, de cabeza aprovecha el error de la defensa mirasol para poner el 1-1. Delorte camina por la cancha. Los brazos en jarra evidencian agotamiento. A Peñarol no le sale nada, pero nadie lo puede dar por muerto porque Gregorio siempre tiene una carta en la manga. Salgueiro le da otro golpe a Peñarol. A los 40 minutos puso el 2-1 y encaminó a su equipo al triunfo. Los fantasmas están lejos. Pero vuelven en el arranque del segundo tiempo con el penal a Vigneri, que el delantero manda a tercer anillo de la Colombes. Danubio ahuyenta definitivamente a los fantasmas. La magia es cada vez más evidente. Los jugadores de Peñarol miran, los hinchas sufren, el franjeado disfruta. Gregorio prueba las últimas fórmulas. Carpia a la cancha por Olveira y en el final Apellaniz. Mmmm..., la suerte ya no está con el técnico aurinegro.Nacho, otra vez de cabeza, pone el 3-1 y Cavani lo cierra en los descuentos. 4-1. Danubio da media vuelta olímpica. La copa del Apertura está en las vitrinas de la sede de 8 de Octubre y los fantasmas son historias porque al franjeado le queda bien el atuendo de grande en el fútbol uruguayo.
